NOCHE DE REYES
Una deliciosa zarzuela puso a prueba las dotes de interpretación del papel y el conocimiento musical de las actrices y actores del cuadro artístico
En la época no existían, (porque no se habían inventado todavía) las fotocopiadoras. Los libretos, se alquilaban en una planta baja en la calle Bany del Pavesos, situada prácticamente en el centro del "Barrio chino". Por un módico precio te llevabas unos días el libreto de la obra elegida, (todo amarillento y apergaminado) se lo entregabas a los actores y cada uno debía copiarse a mano su papel, incluido el "pie" del los demás actores y memorizar sus escenas.
Sin tiempo material para leer la obra completa comenzaban los ensayos, y poco a poco empezabas a darte cuenta de la trama de la comedia.
Afortunadamente contabas con la inestimable ayuda del "Apuntador", ("Consueta" en Valenciano), el cual desde el interior de la "Concha" te recitaba tu papel. Esta labor recaía en D. Carlos Sayas. Infatigable colaborador ya que el apuntador, al margen de asistir a todos los ensayos estaba dentro de la concha durante toda la representación, eso si, acompañado de su inseparable pipa.
Los espectadores veían como de vez en cuando una nube de humo salia del interior de la concha. Esta circunstancia se aprovecho como efectos especiales en la obra Don Juan Tenorio en la escena del cementerio.
"Noche de Reyes" contaba con varios números musicales que se ensayaron la víspera del estreno en casa de la profesora de piano que interpreto la música de la zarzuela la misma la noche del estreno.
Con gran entusiasmo los actores y actrices estuvieron repitiendo mentalmente sus intervenciones musicales y al llegar la noche fueron interpretadas magistralmente.
Afortunadamente la obra no requería poseer la voz de grandes Tenores o Prima donnas, y todos cumplieron ampliamente con su cometido.
Estas fotos pertenecen a un numero cómico, en el que los niños juegan a ser mayores.
El elenco femenino estaba formado por Consuelo Soriano, Consuelo Mateo, y
Amparo Rico,que introdujeron un toque inocente a la vez que pícaro en su actuación.
Si importante era la labor del apuntador, no menos imprescindible era la de Regidor, labor que siempre desempeño con agrado D. Ricardo Plaza.
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